<data>
<p>La espada de oro se agita en tu mano y una vibración de pura energía recorre su afilada hoja. Asestas con ella un tremendo golpe al vordak, partiéndole en dos la cabeza hasta los dientes. El vordak lanza un espantoso alarido de maldad, dolor, temor y muerte sobrenaturales. Al derrumbarse, su cuerpo esquelético se disuelve en un humeante fluido verde que marchita las plantas del suelo sobre las que se derrama.</p>
<data>
<p>La espada de oro se agita en tu mano y una vibración de pura energía recorre su afilada hoja. Asestas con ella un tremendo golpe al vordak, partiéndole en dos la cabeza hasta los dientes. El vordak lanza un espantoso alarido de maldad, dolor, temor y muerte sobrenaturales. Al derrumbarse, su cuerpo esquelético se disuelve en un humeante fluido verde que marchita las plantas del suelo sobre las que se derrama.</p>