<p>Por otra parte, a lo largo del norte de Magnamund, reina la paz de los vencedores y las gentes de los Reinos Libres se regocijan sabiendo que la edad de los Señores Oscuros finalmente ha llegado a su fin. De buena gana, los hombres han cambiado sus espadas por azadones y sus escudos por arados, y ahora las únicas marchas que realizan es a lo largo de los surcos de sus campos recién arados. Pocos son los ojos vigilantes que observan el distante horizonte con el temor de lo que pueda aparecer, aunque hay todavía algunos que mantienen su vigilancia, por los agentes de Naar que vienen disfrazados y esperan pacientemente en las sombras la oportunidad de hacer un pacto maligno.</p>\r
<p>Hace apenas seis meses los malignos Druidas Cener de Ruel intentaron llevar a cabo la venganza de Naar. Secretamente, en los laboratorios de su vil fortaleza de Mogaruith, habían trabajado para crear una virulenta plaga capaz de matar a todo ser viviente sobre Magnamund, exceptuando a su propia raza. Noticias de su terrible plan llegaron a Lord Rimoah quien inmediatamente instó a los gobernantes de las Tierras Libres a alzar sus ejércitos e invadir Ruel. Cumplieron rápidamente, pero la invasión terminó en desastre. Siete mil hombres luchando entraron en Ruel con la intención de asaltar la fortaleza de Mogaruith y arrasarla hasta los cimientos. Siete mil marcharon hacia el reino oscuro; solo setenta salieron con vida. Los Ceners estaban a pocos días de perfeccionar su arma definitiva cuando asumiste el reto y te aventuraste solo en Mogaruith. A pesar de las abrumadoras dificultades frustraste su maligno plan destruyendo el virus y los medios por los cuales fue creado.</p>\r
<p>Después de salir triunfante de Ruel, con tu búsqueda cumplida, regresaste al hogar en Sommerlund y el Monasterio del Kai donde reanudaste tus deberes como Gran Maestro. Tres meses después, en el día que viste la caída de la primera nieve invernal, fuiste visitado por Lord Rimoah. Una vez más se encontró a si mismo como el reacio portador de malas noticias. Tu amigo Maestro de Gremio Banedon, mientras ayudaba en la recuperación de las tierras baldías cercanas al precipicio de Maaken, había sido secuestrado por una escuadrón de Giaks bajo las órdenes de hechiceros Nadziranim. Se llevo a cabo un rescate, pero los Nadziranim eliminaron despiadadamente a quienes intentaron seguirles en su huida hacia las Tierras Oscuras.</p>\r
<p>Por otra parte, a lo largo del norte de Magnamund, reina la paz de los vencedores y las gentes de los Reinos Libres se regocijan sabiendo que la edad de los Señores Oscuros finalmente ha llegado a su fin. De buena gana, los hombres han cambiado sus espadas por azadones y sus escudos por arados, y ahora las únicas marchas que realizan es a lo largo de los surcos de sus campos recién arados. Pocos son los ojos vigilantes que observan el distante horizonte con el temor de lo que pueda aparecer, aunque hay todavía algunos que mantienen su vigilancia, por los agentes de Naar que vienen disfrazados y esperan pacientemente en las sombras la oportunidad de hacer un pacto maligno.</p>\r
<p>Hace apenas seis meses los malignos Druidas Cener de Ruel intentaron llevar a cabo la venganza de Naar. Secretamente, en los laboratorios de su vil fortaleza de Mogaruith, habían trabajado para crear una virulenta plaga capaz de matar a todo ser viviente sobre Magnamund, exceptuando a su propia raza. Noticias de su terrible plan llegaron a Lord Rimoah quien inmediatamente instó a los gobernantes de las Tierras Libres a alzar sus ejércitos e invadir Ruel. Cumplieron rápidamente, pero la invasión terminó en desastre. Siete mil hombres luchando entraron en Ruel con la intención de asaltar la fortaleza de Mogaruith y arrasarla hasta los cimientos. Siete mil marcharon hacia el reino oscuro; solo setenta salieron con vida. Los Ceners estaban a pocos días de perfeccionar su arma definitiva cuando asumiste el reto y te aventuraste solo en Mogaruith. A pesar de las abrumadoras dificultades frustraste su maligno plan destruyendo el virus y los medios por los cuales fue creado.</p>\r
<p>Después de salir triunfante de Ruel, con tu búsqueda cumplida, regresaste al hogar en Sommerlund y el Monasterio del Kai donde reanudaste tus deberes como Gran Maestro. Tres meses después, en el día que viste la caída de la primera nieve invernal, fuiste visitado por Lord Rimoah. Una vez más se encontró a si mismo como el reacio portador de malas noticias. Tu amigo Maestro de Gremio Banedon, mientras ayudaba en la recuperación de las tierras baldías cercanas al precipicio de Maaken, había sido secuestrado por una escuadrón de Giaks bajo las órdenes de hechiceros Nadziranim. Se llevo a cabo un rescate, pero los Nadziranim eliminaron despiadadamente a quienes intentaron seguirles en su huida hacia las Tierras Oscuras.</p>\r