Eres Lobo Solitario, el último Maestro del Kai de Sommerlund. Engañado por tu terrible enemigo Gnaag, Señor de la Oscuridad, has penetrado por la puerta de absoluta negrura que conduce al mundo sombrío de Daziarn.
En algún lugar de ese mundo sobrenatural se hallan las dos últimas Piedras de la Ciencia que has de encontrar para devolver al Kai su antigua gloria. ¿Las encontrarás o permanecerás para siempre prisionero del vacío? Tu aniquilamiento o tu triunfo aguardan en este apasionante penúltimo episodio de la búsqueda del Magnakai.
@@ -341,10 +341,13 @@ label language of foreign tagsLa Linterna ha sido creada para funcionar por sí sola. No necesitarás Yesca ni ninguna otra forma de crear una llama para encenderla.
+No tienes la posibilidad de usar el Monasterio o Dessi para almacenar tus propiedades al comienzo de esta aventura. Por tanto, no es apropiado que guardes tus artículos de sobra para que sean custodiados ni tampoco que recuperes ninguno. Los objetos que ya tenías almacenados permanecerán a salvo, pero no puedes añadir ninguno nuevo al comienzo de esta aventura.
No tienes la posibilidad de usar el Monasterio o Dessi para almacenar tus propiedades al comienzo de esta aventura. Por tanto, no es apropiado que guardes tus artículos de sobra para que sean custodiados ni tampoco que recuperes ninguno. Los objetos que ya tenías almacenados permanecerán a salvo, pero no puedes añadir ninguno nuevo al comienzo de esta aventura.
Los Objetos Especiales no se guardan en la mochila. Cuando encuentres alguno, se te indicará cómo has de llevarlo.
-El número máximo de Objetos Especiales admitidos en cualquier aventura es doce.
-Los Objetos Especiales no se guardan en la mochila. Cuando encuentres alguno, se te indicará cómo has de llevarlo.
+El número máximo de Objetos Especiales que pueden llevarse en cualquier aventura son doce. Los Objetos Especiales que excedan este límite pueden dejarse a salvo en tu Monasterio del Kai.
+Empleas tu avanzada destreza psíquica para reparar tu escudo mental; recoges y dominas parte de la energía psíquica que ha sido dirigida contra ti. Los seres sombríos advierten tu dominio psíquico y cuchichean. Se separan y los cascos de sus corceles agitan las nubes mientras galopan para rodearte.
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